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La impunidad del político ilusionista

  • Foto del escritor: Yolanda Cruz López
    Yolanda Cruz López
  • 4 jun
  • 2 Min. de lectura

«Atentos, que Le Senne no es el único»


Miercoles, 4 de junio 2025. EL IDEAL

Aurora Picornell  y  María Pascual
Aurora Picornell y María Pascual

Hoy comienza el juicio contra Gabriel Le Senne, presidente del parlamento balear, perteneciente a la formación política de ultraderecha, Vox, por delito de odio contra las víctimas del franquismo, después de que en un debate parlamentario arrancará del ordenador de la vicepresidenta segunda, Mercedes Garrido, una foto de una republicana fusilada durante la guerra civil por la Falange, la rompiese y echase de la sala a Garrido y a la secretaria del Parlamento, Pilar Costa.


La Audiencia Provincial de Baleares, en su momento, desestimó el recurso de apelación presentado en febrero por Le Senne, contra la sentencia del juzgado número 1 de Palma, alegando, entre otras cosas, que no había «indicios suficientes» para llevarlo a juicio. Las fotografías eran de Aurora Picornell y María Pascual, militantes comunistas conocidas como «las rojas del Molinar», fusiladas el 5 de enero de 1937, y la rotura de la foto tuvo lugar el 18 de junio del año pasado, precisamente durante el debate para tomar en consideración una posible derogación de la Ley de Memoria Histórica de Baleares.


La Ley no se derogó por la abstención del PP que así sorteó la situación delicada en la que lo colocaba Vox, de quien depende para la aprobación de los presupuestos, ya que gobierna en minoría. El PP se puso de lado, ni los de Abascal podían echarle en cara que se hubiera opuesto a su planteamiento de derogación, ni la opinión pública el apoyo literal a Vox, el tácito siempre es más rentable en cuestión de imagen.


Ayer, Le Senne se mostraba tranquilo y convencido de que su actuación fue la adecuada, presidió una sesión parlamentaria sin que le temblase el pulso, contando con el apoyo de su partido. ¿Ustedes recuerdan el vídeo en el que se ve, claramente, a Le Senne, arrancar con rabia la foto del portátil, romperla y expulsar a las diputadas de la sala? Seguro que sí, fue viral en redes sociales y lo pudimos ver en informativos de televisión, daba vergüenza ajena presenciar cómo un representante de la voluntad popular arrancaba con esa saña la foto y se dirigía a las dos diputadas con prepotencia, y, al mismo tiempo, generaba impotencia comprobar con que impunidad actuaba, amparándose en la presunción de inocencia que le confiere el Estado de Derecho democrático que disfrutamos, y con el que muchos de los votantes de extrema derecha acabarían en dos minutos, rememorando tiempos, para ellos, «mejores».


La impunidad del político ilusionista, permítanme que emplee ese adjetivo, ilusionista, ese representante y servidor público, que se apoya en la comunicación mediática que le permite generar la posverdad, o lo que es lo mismo, manipular y distorsionar la realidad, aderezando la fotografía resultante con las emociones de la masa que, obnubilada por el ruido y el exceso de información con la que la acribillan, olvida que el político es su representante, que le debe un respeto ya que su voto es el que le ha llevado a su sillón, a ese desde el que borra su imagen de servidor a la par que esculpe su busto como líder, y zas, la desmemoria es un hecho.


Atentos, que Le Senne no es el único.

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