«Asumir que podemos ser racistas o padecer una fobia hacia otras etnias y culturas es más difícil que aceptar la falsedad de las sentencias con las que marcamos y dibujamos el perfil de los migrantes»
Martes, 4 octubre 2022. EL IDEAL
La pobreza o la etnia ¿qué suscita el rechazo y la animadversión con los que muchos inmigrantes son tratados aquí? Con toda probabilidad, los bulos y las noticias falsas que se difunden a través de Internet son el caldo de cultivo para que la población autóctona, creída de todo lo que lee, ve o escucha en los medios de comunicación o en las redes sociales, quede convencida de que los migrantes, especialmente los no comunitarios, «vienen a España porque aquí lo tienen todo», «se quedan con las ayudas y para nosotros no hay» y/o «colapsan los servicios sanitarios y mientras, el resto a sufrir eternas listas de espera». Sin embargo, se trata de mentiras intencionadamente lanzadas a través de Internet, diminutas y persistentes cápsulas ponzoñosas que, como partículas de polvo en suspensión, se cuelan en nuestro pulmones y perforan nuestro sentido común.
No, ninguna de estas afirmaciones es verdadera a pesar de que la escuchemos y, en el peor de los casos, la propaguemos continuamente cuando conversamos o chateamos sobre la crisis, nuestra economía o las subidas de la luz o los impuestos. No, se trata de mentiras intencionadas cuyo único objetivo es despertar la xenofobia o el racismo que, latentes, se incubas en cada uno de los miembros de nuestra sociedad.
No se escandalice, asumir que podemos ser racistas o padecer una fobia hacia otras etnias y culturas es más difícil que aceptar la falsedad de las sentencias con las que marcamos y dibujamos el perfil de los migrantes con quienes compartimos nuestra provincia, nuestra población o puede que nuestro barrio. La Real Academia Española, RAE, define el racismo como «la exacerbación de un sentido racial que discrimina a otro grupo étnico» y la xenofobia como «fobia o aversión a los extranjeros». Vamos un poco más allá, la aversión que implica la fobia es «rechazo y repugnancia» y la exacerbación, «irritar, enojar o causar molestia». Pues bien, la aversión de la fobia que denominamos xenofobia, en la mayoría de los casos, acaba por reforzarse en un racismo mal que nos pese esa palabra y nos avergüence.
No, no es cierto que los migrantes acaparen todas las ayudas económicas y por eso no quedan para usted, el acceso al catálogo de prestaciones de la Seguridad Social y de lo servicios sociales se consigue solo estando en posesión de residencia legal, en ese caso, inmigrantes y usted, tienen las mismas opciones a dichas ayudas, en base a sus circunstancias, no existe ventaja para una persona extranjera. A pesar de que el 23,4 % de españoles/as se encuentra en el límite de la pobreza, frente al 58,7% de población extranjera extracomunitaria, solo el 15,17% de las personas perceptoras procedían de países de fuera de la Unión (2017), además solo el 9,7% de quienes perciben ayuda por desempleo son extracomunitarios (índice AROPE). En cuanto a la obtención de ayudas para la vivienda, igual, la residencia permanente permite disfrutar de los mismos derechos que usted y que yo. Y esto no debería ser un problema, según la Declaración Universal de los Derechos Humanos «todos los seres humanos nacen libres e iguales en dignidad y en derechos». ¿Recuerdan?
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