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Foto del escritorYolanda Cruz López

Arbovirus y horror

En Andalucía, durante los últimos 14 días han fallecido 110 personas, los casos confirmados han aumentado en 4.613, según fuentes del Ministerio de Sanidad

Martes, 5 abril 2022. EL IDEAL


¿Que qué son los arbovirus? Pues algunas de las enfermedades más peligrosas del mundo transmitidas por mosquitos. El dengue, la fiebre amarilla, el chikungunya y el zika. ¿Dónde son más peligrosos? En las zonas tropicales y subtropicales del planeta. Quedan lejos, ¿verdad?, puede ser, pero la distancia entre allí y aquí no cambia el hecho de que más de la mitad de la población del planeta las habita y padece ese peligro.


El cambio climático, el crecimiento de la población y el aumento de la urbanización son las causas del relevante número de brotes, y no solo en dicha zona del planeta. Por ello, la Organización Mundial de la Salud propone una iniciativa global que ayude a prevenir una nueva pandemia. El plan prevé concretar recursos humanos y económicos que permitan monitorear los posibles riesgos y así poder prevenir nuevas pandemias. Lamentablemente, las pandemias no van a acabar con la covid.


La invasión de Ucrania por parte de Rusia aleja el coronavirus de nuestro espectro diario de informaciones, queda relegado a un segundo o tercer lugar de las noticias de las que nos informamos voluntaria o involuntariamente. Sin embargo, que la actualidad lo haya relegado de puesto no ha impedido que el pasado 29 de marzo, por ejemplo, fallecieran 222 personas por este virus. Ese mismo día se contabilizaban más de 11 millones y medio de positivos (11.551.574), sin contar quienes han podido quedar fuera de estas cifras, ya que Sanidad no realiza test a contactos directos con personas positivas. Aún así, 19.500 contagios más que el día anterior, una incidencia de 405,3 por cada 100.000 habitantes. Sí, ya sé que solo son cifras ¿verdad?, pero resulta que estas cifras son bastante altas en comparación con otros países del mundo.


En Andalucía, durante los últimos 14 días han fallecido 110 personas, los casos confirmados han aumentado en 4.613, según fuentes del Ministerio de Sanidad (Datosmacro), pero como ya comentaba con usted hace un par de semanas, las portadas de las cabeceras más solicitadas no dejan espacio a una pandemia, cuya normalización por Sanidad, sumada al interés por la situación de Ucrania y la incertidumbre sobre el posible desarrollo del conflicto, no llaman nuestra atención con estos datos.


Es lógico que nuestra mirada, habituada a rebajar el impacto visual de las fotos testimonio del hambre, dolor, tragedia y muerte ajenos, por una incomprensible sensación de lejanía, se quede clavada en los cuerpos sin vida que, a todo color, se asoman desde las portadas nacionales o regionales. Qué cercano se nos ofrece ese horror. Cadáveres que frenan el paso al perdido viandante de una ciudad masacrada, cuerpos mutilados esperando que alguien los recoja y los reclame. El presidente ucraniano, Zelenski, lo tilda de genocidio; unos hablan de guerra, otros esgrimimos invasión. Putin niega un conflicto bélico, para él se trata de un ejercicio militar del que, además, según publican distintos medios, no está siendo correctamente informado por los asesores del Kremlin.


Mientras, el pasado jueves llegaba el tercer convoy humanitario de la ONU a Sumy, en el noroeste de Ucrania. Siete camiones con productos de primera necesidad, recibidos como agua de mayo, pero insuficientes.

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