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  • Foto del escritorYolanda Cruz López

Tan lejos y tan cerca

Los vecinos/as de de Aguadulce, 'ciudad dormitorio' de Almería,
invertimos dos horas para llegar a la capital en hora punta



Martes, 17 mayo 2022. EL IDEAL


Diez kilómetros, quince minutos para disfrutar del paisaje mientras conduces. En teoría, esa es la distancia que separa Aguadulce de Almería y ese debería ser el tiempo invertido en nuestro desplazamiento yendo en coche. Escribo coche porque el autobús, alternativa económica y ecológica, altamente deseable, no es una opción fácil para quienes vivimos al otro lado de este singular acantilado. Con El Cañarete abierto, no hay horario por el que guiarse. A determinadas horas, se acabó lo que se daba. Unos se detienen y otros no en las paradas, y no preguntes a qué hora pasa el próximo, al menos a mí, nadie me ha respondido todavía. Además, si la carretera de la costa está cortada, como ahora, los autobuses no llegan ni al límite de Aguadulce hacia la capital, debe darse por hecho que quienes viven allí gozan de condiciones físicas que les permiten realizar ese recorrido a pie.


Pero de lo que yo quiero escribir es del corte de la carretera. Leo en algunos medios que vecinos y vecinas de Aguadulce se manifiestan debido a las molestias que sufren por los “últimos cortes” de N340 ¿en serio? Para no viajar muy atrás en el tiempo, a principios de los 90, cuando para salir en automóvil de Almería era obligatorio circular 200 kilómetros, tanto por el interior como por la costa para acceder a cualquier punto de la geografía nacional, ya eran noticia los cortes de la carretera de Aguadulce debido a las lluvias y desprendimientos. Paseémonos por las hemerotecas, nuestra memoria y qué poco valoradas, en septiembre de 1991 cortes por desprendimientos; en octubre de 1992, cortes de hasta 7 horas; yo misma en 1993 me vi forzada a abandonar mi coche en el arcén por petición de Protección Civil debido a los desprendimientos y al corte del tráfico. Este problema no es nuevo. Transcurridos treinta años seguimos igual. Más tramos con mallas, más estudios geotécnicos, pero pese a los titulares triunfalista que anuncian “Obras quirúrgicas” iniciadas el pasado tres de mayo, que la vía cuenta con cuatro actuaciones complementarias “que van a dar carpetazo” al problema, o que el Gobierno se va a ahorrar 300.000 euros en la licitación de las obras de mejora del sistema de protección, los vecinos y vecinas de este municipio roquetero, “ciudad dormitorio” de Almería, invertimos dos horas para llegar a la capital en hora punta.


En 2015, cuando se comenzó a estudiar la apertura de un enlace alternativo a la A-7 a través de Las Colinas para descongestionar el Parador, eran unos 15.000 vehículos los que, diariamente, recorrían este tramo. Ahora, los vehículos superan con creces esas cifras y la insuficiencia del acceso de Las Colinas para descongestionar el tráfico en hora punta es una obviedad. Ninguna de las administraciones competentes se plantea otras soluciones: túneles abiertos, tranvías, puente marítimo, etc. ¿costosas? sí, pero definitivas. Sin embargo, parece que mientras no haya una víctima mortal, las mallas se irán renovando y tendremos que continuar invirtiendo dos horas o más en acercarnos a la ciudad. Pero claro, estamos en tierra de nadie, ni en Roquetas ni en Almería ¿a quién le importa?



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